Sevilla, 21 de enero.- Shirin Ebadi, Premio Nobel de la Paz en 2003, mantuvo un encuentro con alumnos de Bachillerato del Colegio de San Francisco de Paula, quienes le formularon distintas preguntas sobre su defensa de los derechos humanos en Irán, las consecuencias de la mezcla de religión y política que existe en su país o la concesión del Nobel de la Paz a Barack Obama.
Ebadi comenzó su intervención con una alusión a los estudiantes, afirmando que se encontraba muy cómoda porque “vosotros sois el futuro de España”. Posteriormente, fue respondiendo a todas y cada una de las preguntas que cinco alumnos le iban formulando en representación del resto de sus compañeros. Así, señaló que las principales razones por las que lleva tantos años luchando en defensa de los derechos humanos son “los niños y las mujeres”, porque no se puede consentir que se condene “a pena de muerte a un chico de 16 años” o que obliguen a una mujer “a casarse con 13 años”. En este sentido, afirmó que “los gobiernos cometen delitos y ¿quién los castiga? Por eso los activistas actúan contra los gobiernos”.
Ebadi comenzó su intervención con una alusión a los estudiantes, afirmando que se encontraba muy cómoda porque “vosotros sois el futuro de España”. Posteriormente, fue respondiendo a todas y cada una de las preguntas que cinco alumnos le iban formulando en representación del resto de sus compañeros. Así, señaló que las principales razones por las que lleva tantos años luchando en defensa de los derechos humanos son “los niños y las mujeres”, porque no se puede consentir que se condene “a pena de muerte a un chico de 16 años” o que obliguen a una mujer “a casarse con 13 años”. En este sentido, afirmó que “los gobiernos cometen delitos y ¿quién los castiga? Por eso los activistas actúan contra los gobiernos”.
Con respecto a la mezcla de política y religión, en este caso musulmana, que existe en Irán, Ebadi subrayó que siempre trae consecuencias. “La separación de ambas cuestiones es uno de los anhelos del pueblo iraní y por eso se está echando a la calle”, dijo. Posteriormente, y ante la pregunta de cuál era su concepto de paz, la letrada indicó que para aplicarla, en primer lugar, se debía encontrar dentro de cada uno, “para transmitírsela luego a los demás”. Ebadi consideró que las personas deberían vivir la vida con objetivos importantes “para que su existencia cobre sentido”, huyendo de egoísmos, ya que “no hemos venido al mundo a ponernos cuatro camisetas de marca, conocer a una persona y un grupito, envejecer y morir”. Para Ebadi, “compartir las cosas buenas da más placer que tenerlas para uno mismo”, indicando posteriormente que “vivir con sentido de propósito y hacer la vida propia útil a los demás, es lo que da paz y tranquilidad”.
También respondió Shirin Ebadi a si la concesión del Nobel era una recompensa o un incentivo. “Está claro que cuando te dan un premio es porque han evaluado y reconocido una trayectoria, pero es algo que hay que tomarse como la nota de un examen. Lo has superado, pero no sirve más que para pasar a otro nivel superior. Es un estímulo para que continúes haciendo más cosas”, explicó.
También respondió Shirin Ebadi a si la concesión del Nobel era una recompensa o un incentivo. “Está claro que cuando te dan un premio es porque han evaluado y reconocido una trayectoria, pero es algo que hay que tomarse como la nota de un examen. Lo has superado, pero no sirve más que para pasar a otro nivel superior. Es un estímulo para que continúes haciendo más cosas”, explicó.
Otra de las cuestiones valoradas por Premio Nobel de la Paz fue la concesión de este mismo premio a Barack Obama en 2009. Ebadi se mostró de acuerdo, “aunque espero no arrepentirme de esto dentro de un año”, afirmó con ironía. La letrada mostró su conformidad alegando que el presidente estadounidense había tomado la decisión “de cerrar Guantánamo y reconocer que la invasión de Irak fue un error”. En este sentido, Shirin Ebadi tuvo palabras para analizar el terrorismo internacional, indicando que “la humillación posterga la razón y las personas empiezan a hacer cosas peligrosas y condenables. Hay que castigar el terrorismo pero también eliminar sus causas: la raíz es la injusticia”. Además, Ebadi tuvo muy en cuenta la intención de Obama de convertir el sistema sanitario en algo mucho más accesible, “porque ahora los estadounidenses han de pagarse sus consultas y operaciones de forma privada y hay gente que no puede”.
Ebadi, que estaba en Sevilla invitada por la Universidad hispalense, fue la primera iraní y la primera mujer musulmana en obtener un Premio Nobel y se ha convertido en el símbolo de la lucha por la igualdad en Irán desde que tras la Revolución Islámica fuera depuesta de su cargo de jueza, alcanzado en 1969. Ha dedicado su vida a luchar en por el cumplimiento de los derechos humanos, sobre todo de mujeres y niños, y ha actuado como defensa en juicios contra disidentes y liberales víctimas del poder judicial de Irán, uno de los sectores más conservadores de este país. Ha sido nombrada doctora honoris causa por las universidades de Simon Fraser, Lieja, Brown, Poitiers o Hartford y ha recibido el Premio de la organización Human Rights Watch en 1996 o el Premio Premio Rafto de la organización noruega Human Rights Prize en 2001.