NOTA DE PRENSA
Promovido por Agrobank, el Foro Agrogo! aborda las estrategias para promover el desarrollo sostenible de la agricultura de riego andaluza
EL REGADÍO PIDE UN PLAN DE BALSAS PARA PALIAR LA ‘TRAGEDIA HÍDRICA’ ANUNCIADA POR LA PROPIA PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA EN EL GUADALQUIVIR PARA DENTRO DE QUINCE AÑOS
El pronóstico de la administración es que el déficit hídrico crezca un 64% hasta 2039 a causa del cambio climático, y no hay una sola presa actualmente en ejecución para aumentar la capacidad de regulación
Aunque hay tres embalses aprobados en planificación hidrológica que ya hubieran podido estar en funcionamiento, ninguno tiene proyecto cerrado aún, por lo que es imposible pensar en ellos como solución a corto y medio plazo
Ante esta situación, y ante la imposibilidad de contrarrestar sólo con medidas de ahorro un déficit que se elevará a 358 hm3/año en 2039, los regantes piden una gran inversión pública en balsas o microembalses
Con una tramitación menos dilatada y compleja, estas infraestructuras no solo ayudarían a aumentar la capacidad de regulación, sino que contribuirían a un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles
Los regantes subrayan que han tenido restricciones en los últimos ocho años y que resignarse a dotaciones precarias es cerrar las puertas a la posibilidad de una agricultura andaluza sostenible y competitiva
Anuncian que hay un claro riesgo de “cronificación” de las restricciones de agua para riego, con la consiguiente pérdida de productividad y aportación de valor a la economía y al equilibrio territorial
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Promovido por Agrobank, el Foro Agrogo! aborda las estrategias para promover el desarrollo sostenible de la agricultura de riego andaluza
EL REGADÍO PIDE UN PLAN DE BALSAS PARA PALIAR LA ‘TRAGEDIA HÍDRICA’ ANUNCIADA POR LA PROPIA PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA EN EL GUADALQUIVIR PARA DENTRO DE QUINCE AÑOS
El pronóstico de la administración es que el déficit hídrico crezca un 64% hasta 2039 a causa del cambio climático, y no hay una sola presa actualmente en ejecución para aumentar la capacidad de regulación
Aunque hay tres embalses aprobados en planificación hidrológica que ya hubieran podido estar en funcionamiento, ninguno tiene proyecto cerrado aún, por lo que es imposible pensar en ellos como solución a corto y medio plazo
Ante esta situación, y ante la imposibilidad de contrarrestar sólo con medidas de ahorro un déficit que se elevará a 358 hm3/año en 2039, los regantes piden una gran inversión pública en balsas o microembalses
Con una tramitación menos dilatada y compleja, estas infraestructuras no solo ayudarían a aumentar la capacidad de regulación, sino que contribuirían a un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles
Los regantes subrayan que han tenido restricciones en los últimos ocho años y que resignarse a dotaciones precarias es cerrar las puertas a la posibilidad de una agricultura andaluza sostenible y competitiva
Anuncian que hay un claro riesgo de “cronificación” de las restricciones de agua para riego, con la consiguiente pérdida de productividad y aportación de valor a la economía y al equilibrio territorial
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Córdoba, 15 de octubre de 2024. El Foro AgroGO!, promovido por AgroBank, la división especializada de CaixaBank para el sector agrario, ha llevado a Córdoba su debate sobre las estrategias más adecuadas para promover el desarrollo sostenible de la agricultura andaluza. Un debate especialmente acuciante en la Cuenca del Guadalquivir, que no es solo la más afectada en la actualidad por el déficit hídrico, sino también la que más va a verse perjudicada por un creciente desequilibrio entre la oferta y la demanda de agua en los próximos años. Así, mientras que en la Cuenca Mediterránea Andaluza, la segunda andaluza con mayor déficit actual, la previsión es que este se vea revertido gracias a la entrada en servicio de nuevos recursos hídricos procedentes de la desalación y la regeneración, en el Guadalquivir ocurre todo lo contrario. El déficit no solo no va a decrecer sino que se va a aumentar un 64% en los próximos quince años, pasando de los 218 hm3/año actuales a los 358 hm3/año de 2039. La razón es que, por sus características orográficas y su lejanía del litoral, el potencial de diversificación de los recursos hídricos no convencionales (aguas desaladas y regeneradas) es mucho menor en la Cuenca del Guadalquivir.
Limitadas a corto y medio plazo las posibilidades de aumentar el mix hídrico, el Foro AgroGO! ha sentado en una misma mesa a usuarios, administración, universidad y empresa para debatir sobre otras posibles soluciones basadas en recursos convencionales (aguas superficiales y subterráneas) y más específicamente sobre el papel que pueden aportar las balsas de riego para mejorar la oferta hídrica. A ellas se aferra como última esperanza el regadío para revertir o al menos paliar el pronóstico de crecimiento de déficit hídrico que realiza la propia administración. Y es que, aunque hay tres embalses aprobados en planificación hidrológica (Recrecimiento de la Presa del Agrio, Presa de San Calixto y Presa de Cerrada de la Puerta) en el Guadalquivir, ninguno está actualmente en ejecución. Es más, ninguno tiene proyecto cerrado aún, por lo que no es posible contar con ellos para incrementar la oferta hídrica, dado que sus procesos de tramitación y ejecución son muy largos y complejos.
Ante esta situación, y ante la imposibilidad de contrarrestar sólo con medidas de ahorro un déficit que ya es de por sí elevado y que irá a más, los regantes piden una gran inversión pública en balsas o microembalses. Con una tramitación menos dilatada y compleja, estas infraestructuras no solo ayudarían a aumentar la capacidad de regulación sino que contribuirían a una mejor gestión de los recursos disponibles, facilitando un mayor aprovechamiento de las escorrentías y una atención más directa y cercana a las necesidades de riego, disminuyendo el tiempo de respuesta entre la petición del regante y el suministro de agua. Asimismo, las balsas funcionan como infraestructuras de almacenamiento de energía, mejorando la eficiencia energética de los sistemas de riego y optimizando su correspondiente coste energético (autentica espada de Damocles sobre el sector del regadío) y, finalmente, sirven como elementos de decantación de las aguas turbias que llegan, favoreciendo el funcionamiento de los equipos de filtrado y la utilización de sistemas de riego más eficientes, como es el riego localizado.
Las balsas son, en definitiva, infraestructuras de modernización, además de aumento de la capacidad de regulación, y Feragua, la asociación más representativa del regadío en Andalucía, considera que la ejecución de un plan de cien balsas, con una capacidad de regulación de 1-2 hm3, podría llegar a aportar la mitad del déficit hídrico previsto, compensando el retraso en la ejecución de presas, de tramitación más larga. De forma más ambiciosa, con una inversión de 2.000 millones de euros, podría ponerse en marcha un plan de 200 nuevas balsas con las que se acabaría logrando el ansiado equilibrio hídrico. El regadío demanda a la administración que estudie esta posibilidad y que declare la ejecución de estas infraestructuras como obras de interés general, para acelerar los plazos de ejecución.
A juicio de los regantes, no hay más alternativa, y aunque pueda parecer una inversión elevada, más elevadas serían las pérdidas para las arcas públicas causadas por una cronificación de las restricciones. Y es que los estragos del cambio climático ya se están dejando sentir en la Cuenca del Guadalquivir, no hace falta esperar al 2039 para verlo. De hecho, por primera vez desde que se tiene constancia estadística, el regadío del Guadalquivir ha sufrido ocho años consecutivos de restricciones, que han sido especialmente severas en los últimos cuatro. En concreto, en el último cuatrienio, los regantes del Sistema de Regulación General han podido disponer de menos de la mitad del agua que necesitan para atender las necesidades de sus cultivos.
En este contexto, Feragua ha alertado del riesgo de normalizar estas restricciones hídricas y han advertido que acostumbrarse a contar con dotaciones precarias, muy por debajo de las óptimas, es precarizar el futuro de la agricultura de la Cuenca, mermando su rentabilidad y competitividad, y lastrando su capacidad de aportar riqueza, empleo y desarrollo local en el medio rural. En este sentido, han insistido en que “nadie debe resignarse a las restricciones y al riego en precario” y han demandado a administraciones y usuarios un esfuerzo conjunto de inversión para evitar la cronificación de las restricciones.
A juicio de esta asociación de regantes, las inversiones para mejorar la eficiencia hídrica son necesarias pero insuficientes para acercarse al equilibrio hídrico, por lo que demandan un conjunto de actuaciones que integren los objetivos de reducción de la demanda e incremento de la oferta. En el primer capítulo, entrarían los proyectos de modernización, de mejora de la gobernanza y de transformación digital a través de las tecnologías IA, big data e IoT. En el segundo, los proyectos de presas y, de forma señalada, las balsas de regulación, pues los embalses llevan años sin avances y no hay perspectivas de que se inicie su ejecución en el corto plazo.
En Córdoba, el caso más significativo es el de la Presa de San Calixto (Córdoba), incluida en Plan Hidrológico del Guadalquivir desde 2009. Se trata de un embalse localizado en aguas del río Genil, entre Puente Genil y Écija, en un triángulo que forman los términos municipales de Herrera (Sevilla), Puente Genil y Santaella. Los regantes lo consideran una infraestructura clave para mejorar la garantía de agua para riego en la zona, además para evitar futuras inundaciones en Écija. Tras haberse encargado un proyecto que fue descartado por el Ministerio de Medio Ambiente, esta obra ha sido incluida en los tres planes hidrológicos de la Cuenca del Guadalquivir que se han aprobado hasta ahora. En el último vuelve a aparecer, pero para realizar un estudio de alternativas, lo que viene a descartar el primer proyecto realizado. Con una capacidad de embalse superior a los 80 hm3, se llegó a presupuestar la presa en 63 millones de euros y el estudio de alternativas planteado hoy día se cifra en 4 millones de euros.
Toda esta situación, y las previsiones que acarrea de falta de disponibilidad y garantía de agua, preocupa, y mucho, al sector agroalimentario, muy dependiente del regadío, cuya sostenibilidad podría verse seriamente amenazada si no se corrige la tendencia de crecimiento del déficit hídrico. El sector agroalimentario de Andalucía es el más grande de España (casi 19.440 millones de euros) y aporta el 13% del VAB regional y un aporte del 19,5% del VAB agroalimentario nacional. Supone además el 21% del empleo del sector en todo el país y un 16% de la ocupación total de Andalucía, generando un total de 489.848 empleos.
Participantes en el Foro Agrogo!
Sobre todo ello se ha hablado en la sesión del Foro AgroGO! celebrada hoy en Córdoba en la sede de IFAPA. El diálogo ha contado con la participación de José Manuel Cepeda, presiente de Feragua; Nuria Jiménez, directora técnica de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir; Emilio Camacho, catedrático de la Universidad de Córdoba; y Joaquín Sánchez, gerente de Wats Técnicas de Ingeniería, todos ellos moderados por Carmen Gutiérrez, socio-director Pwacs Gutiérrez Labrador Legal.
Durante el debate, el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, ha insistido en la rentabilidad pública de la inversión en balsas. “Con una inversión de unos 2.000 millones de euros, podrían ponerse en marcha un plan de balsas como el que necesitamos. Parece mucho dinero y lo es, pero lo que resulta realmente caro, para las arcas públicas, para el PIB de la Cuenca y para el bolsillo de los contribuyentes, es someterse a los estragos de la sequía. Solo en exportaciones de productos agrícolas, Andalucía ingresa unos 14.000 millones de euros. La reducción a la mitad de las exportaciones, como consecuencia de las caídas de la producción, supone para nuestra Comunidad dejar de ingresar mucho más de lo que cuesta acometer ese plan de balsas. Así que de caro nada. No es gasto, es ahorro, una inversión que la sociedad andaluza amortizaría en poquísimo tiempo”, ha explicado el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda.
Por su parte, la directora técnica de la CHG, Nuria Jiménez, ha indicado que la cuenca del Guadalquivir cuenta en la actualidad con más de 6.000 balsas de regadío, y que se trata, por tanto, de una realidad que se debe potenciar. “En estos últimos años de sequía se ha comprobado que es un elemento de regulación del agua que podemos aprovechar y sumar a las reservas hídricas de los pantanos y embalses. Se pueden incrementar el número de balsas y con ello ayudar a las necesidades de los agricultores y los cultivos”. Jiménez también ha manifestado que el panorama actual en la cuenca del Guadalquivir pasa por seguir mejorando la gestión de los recursos y optimizando las infraestructuras actuales, potenciar las nuevas infraestructuras según el Plan Hidrológico y las obras incluidas en él, también en el caso de las balsas de riego, y apostar por la digitalización y el control del agua en tiempo real, para el beneficio de todos.
El catedrático de la Universidad de Córdoba, Emilio Camacho, ha incidido en que “las balsas de riego son un elemento estratégico para hacer frente a nuestro clima y a las necesidades de nuestra agricultura de regadío. Hay que aprovechar los cauces de los ríos cuando se producen lluvias y aumentan los caudales, de manera que ahorremos agua en el invierno para usarla en verano. Estas soluciones son factibles, y además pueden jugar un papel importante también en el campo energético”. “Los cultivos han cambiado en las últimas décadas y el riego es ahora anual y no estacional, todo el año, por lo que estos sistemas de almacenamiento de agua ayudarían a todo ello”, ha añadido Camacho, quien ha puesto como ejemplos a California o Australia como países o zonas del mundo donde las balsas de riego son una herramienta clave para el almacenamiento y la gestión del agua.
Joaquín Sánchez, gerente de Wats Técnicas de Ingeniería, ha expuesto que es necesario avanzar en la simplificación de los trámites administrativos para la creación de balsas de riego y en definir bien los criterios de autorización para recoger las aguas procedentes de escorrentías. “Hay que agilizar todo ese procedimiento legal para que sea más claro y sencillo y se puedan construir balsas a medio plazo. Todas las administraciones públicas deben hacerlo, y seguir el procedimiento de la CHG, que se extrapole para que podamos saber bien dónde se pueden construir balsas de riego y dónde no”.
La inauguración de la jornada ha correspondido a Antonio Javier Cuevas, director de Agrobank de la Delegación Territorial de Andalucía; y Darío Reina, directo del IFAPA Córdoba, entidad que ha colaborado en la celebración de este encuentro. En su intervención, Antonio Javier Cuevas ha destacado que con los foros AgroGO! "hemos abordado diversas temáticas en torno al problema de la falta de agua para regadío en Andalucía y las posibles soluciones que pueden ayudar a mejorar el déficit hídrico en nuestra comunidad a través de un mix hídrico. En este caso hoy se ha puesto de manifiesto que las balsas de riego pueden ser otra importante estrategia para ayudar a paliar la sequía también en la provincia de Córdoba, tras 8 años de restricciones para el riego”.
La clausura ha corrido a cargo del delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en Córdoba, Francisco Ramón Acosta Rosa, quien subrayó el compromiso de la Junta de Andalucía y el presidente Juanma Moreno por mejorar el problema del agua en nuestra región y la importancia que el sector agrícola y ganadero tiene para la provincia cordobesa, donde representa el 30% del PIB. “Estamos apostando por nuevas fuentes hídricas y el aprovechamiento de los recursos actuales que tenemos, y trabajando también con el resto de administraciones públicas para simplificar los procesos administrativos que permitan poner en marcha nuevas infraestructuras hidráulicas que pueden ser clave para los agricultores, como las balsas de riego”. En este sentido, señaló que el Gobierno andaluz está ultimando una orden de ayudas, con un importe de 12 de millones de euros, para la construcción de pequeñas balsas de riego en la comunidad, y que también está trabajando con el Gobierno central para poner en marcha otras convocatorias de ayudas con fondos FEDER destinadas a bolsas de riego más grandes, para ponerlas a disposición del sector.
Con el patrocinio de AgroBank
AgroGO! es una iniciativa promovida con el patrocinio de AgroBank, la división especializada de CaixaBank, en el marco de su fuerte compromiso con el sector agroalimentario andaluz. En 2023, AgroBank aportó 5.550 millones de financiación a la cadena agroalimentaria andaluza, un 4,4% más que el año anterior, y cerró ese ejercicio con 220.600 clientes en Andalucía, donde cuenta con 370 oficinas especializadas y con un equipo de más de 1.170 gestores con formación específica en las necesidades y las particularidades del sector. Además, la entidad tiene actualmente a disposición de sus clientes andaluces 2.285 millones de euros en créditos preconcedidos, con disponibilidad inmediata, para que éstos puedan llevar a cabo los proyectos necesarios para impulsar sus negocios.
Para más información: Jesús Herrera / 625 87 27 80
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