NOTA DE PRENSA: ‘EL PISITO’: EL AULA QUE ENSEÑA A ‘VIVIR’ A ALUMNADO CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES Y FOMENTA SU AUTONOMÍA DE CARA A LA EDAD ADULTA


NOTA DE PRENSA

‘EL PISITO’: EL AULA QUE ENSEÑA A ‘VIVIR’ A ALUMNADO CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES Y FOMENTA SU AUTONOMÍA DE CARA A LA EDAD ADULTA

• SAFA Écija ha convertido un aula en un hogar real donde tareas cotidianas como cocinar, planchar, mantener la higiene personal o gestionar la economía doméstica se transforman en aprendizajes fundamentales para su futuro.

• El centro impulsa este proyecto de integración que surge de la preocupación de las familias por el futuro de sus hijos con necesidades educativas especiales y la necesidad de dotarlos de herramientas reales para desenvolverse con autonomía en la vida adulta.

• El alumnado que participa presenta un perfil diverso — en su mayoría asociado a dificultades de aprendizaje— y encuentra en esta formación un espacio para crecer, aprender y construir paso a paso su independencia.

• Más que habilidades domésticas, es un proceso que refuerza la autoestima, fomenta la convivencia, promueve la inclusión, rompe estereotipos y aporta tranquilidad a las familias sobre el futuro de sus hijos.

• Los alumnos acudirán a El Pisito una hora a la semana, un proyecto desarrollado por el Departamento de Orientación del centro.

En el Colegio SAFA Écija la educación va mucho más allá de los contenidos académicos. Conscientes de que muchos jóvenes con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) y necesidades educativas especiales (NEE) finalizan su etapa escolar sin las habilidades necesarias para desenvolverse con independencia, el centro ha puesto en marcha El Pisito, un proyecto práctico centrado en el desarrollo de la autonomía personal.

Este programa convierte un aula en una réplica realista de un hogar, donde el alumnado aprende habilidades básicas para el desarrollo de su independencia como cocinar, planchar, organizar su ropa, mantener hábitos de higiene, prevenir accidentes o gestionar su economía. El objetivo no es solo que adquieran competencias funcionales, sino también que desarrollen la confianza, la seguridad y la autonomía necesarias para construir su propia vida adulta.

Un proyecto nacido de la preocupación de las familias
La idea de ‘El Pisito’ surge como respuesta directa a una inquietud constante de las familias del alumnado con NEE: “¿Sabrán desenvolverse solos cuando nosotros no podamos ocuparnos?”. Esta preocupación fue el punto de partida para diseñar un programa que ofreciera a sus hijos no solo conocimientos académicos, sino también herramientas útiles para afrontar con independencia su vida diaria. El proyecto responde así a una necesidad que trasciende el aula y que está directamente relacionada con la inclusión social y la igualdad de oportunidades. Al mismo tiempo, ayuda a las familias a afrontar el futuro con mayor tranquilidad y a los estudiantes a ganar seguridad en sí mismos y en sus capacidades. Mari Loli Ruiz Hormigo, directora gerente de SAFA Écija: “El Pisito’ es un proyecto profundamente humano. Queremos que nuestros alumnos salgan preparados para la vida, que se sientan capaces, autónomos y seguros. La educación debe servir también para eso: para vivir con dignidad”.

El perfil del alumnado: diversidad y potencial
El alumnado participante en El Pisito es muy diverso y representa distintas realidades. Todos ellos cursan Primaria, ESO o Formación Profesional Básica, con edades comprendidas entre los 10 y los 16 años.

No todos los estudiantes con NEE participan en el proyecto: el Departamento de Orientación selecciona a aquellos para los que el desarrollo de estas habilidades pude suponer una mayor dificultad para las familias, y se integra desde una mirada inclusiva con el resto de materias convencionales que cursan en el centro. Las sesiones se realizan en grupos reducidos y dentro del horario lectivo, adaptando el ritmo y los contenidos a sus necesidades individuales.

Mª Teresa Salés Leiva, coordinadora del Departamento de Orientación: “Muchos de nuestros alumnos nunca habían cocinado o utilizado una lavadora por sí solos. Ver cómo ganan confianza y cómo presumen de sus avances en casa es una de las mayores satisfacciones del programa”.

Aprendizaje práctico y vivencial
En ‘El Pisito’, el aprendizaje parte siempre de la experiencia real. Los estudiantes comienzan con una autoevaluación inicial para identificar qué tareas saben realizar por sí mismos y cuáles necesitan aprender. A partir de ahí, las profesoras de Pedagogía Terapéutica diseñan un programa personalizado que combina teoría y práctica. Las sesiones incluyen vídeos, demostraciones, asambleas, búsqueda de información y lluvia de ideas, pero el núcleo del proyecto está en la práctica: un aula equipada como un hogar real en la que se llevan a cabo actividades concretas como:

● Higiene personal: lavado de dientes, cuidado del cabello, uso del desodorante o higiene menstrual.
● Cuidado de la ropa: uso de lavadora, planchado, doblado, costura de prendas y organización del armario.
● Gestión doméstica: limpieza de estancias, orden del hogar, uso seguro de productos, prevención y actuación ante accidentes.
● Autonomía económica: planificación de ingresos y gastos, manejo del dinero, uso de tarjeta y compras online.
. ● Alimentación y cocina: planificación de menús, compra y conservación de alimentos, uso de utensilios y electrodomésticos, elaboración de recetas sencillas.
● Vida independiente: pedir cita médica, darse de alta en el empleo, redactar un currículum o usar el transporte público.

Más que tareas: autoestima, convivencia e inclusión
‘El Pisito’ no enseña únicamente habilidades prácticas: fomenta la autoestima, refuerza la cooperación y mejora la convivencia. El trabajo en equipo es fundamental: los estudiantes se ayudan mutuamente, celebran sus avances y aprenden juntos, lo que refuerza sus habilidades sociales y su sentido de pertenencia.

Los resultados son evidentes desde las primeras semanas: los alumnos realizan cada vez más tareas por sí mismos, superan el temor a afrontar nuevos retos, desmontan estereotipos de género asociados a las labores domésticas y trasladan lo aprendido a sus hogares, donde las familias destacan una mayor implicación en las tareas cotidianas.

Para medir la eficacia del proyecto, se usan distintos instrumentos, como la autoevaluación, observación directa y retroalimentación del alumnado, a través de las cuales el modelo ha demostrado ser una herramienta de educación inclusiva que dota a los jóvenes de las herramientas necesarias para desenvolverse con independencia, mejorando sus estrategias de convivencia y sus oportunidades de futuro.

Educación con propósito
‘El Pisito’ representa la esencia de lo que la educación debe ser: un espacio para el desarrollo integral de la persona. Enseña que la independencia se aprende, que la autonomía se entrena y que, con el acompañamiento adecuado, todos los jóvenes —sin excepción— pueden construir su propio proyecto de vida. Como resume la directora del centro: “Este proyecto aporta tranquilidad a las familias, esperanza al futuro y, sobre todo, dignidad a los alumnos.” Es, en definitiva, una apuesta por una educación con propósito: aquella que cambia vidas dentro y fuera del aula.

SAFA Écija
El Colegio SAFA Écija fue reconocido como Escuela del Año por la Fundación Princesa de Girona en 2019 por su carácter emprendedor. Es uno de los seis centros que gestiona en la provincia de Sevilla la Fundación SAFA, una institución con más de ochenta años de historia dedicada a ofrecer educación integral a la población más desfavorecida de Andalucía a través de sus veintiséis centros educativos, con especial atención a la Formación Profesional. SAFA forma parte de la red EDUCSI de colegios jesuitas en España, integrada a su vez en la red europea JECSE y en Educate Magis, la comunidad global de educadores jesuitas e ignacianos. Cada año, más de 20.000 alumnos se forman en sus centros, donde trabajan más de 1.500 profesionales y más de 600 familias se benefician de sus programas de acción social.