24 de noviembre de 2009.- Más de 40 representantes de empresas y asociaciones granadinas han asistido a la jornada que Fundación Adecco, en colaboración con la Confederación Granadina de Empresarios, ha organizado hoy en la capital. Bajo el título ‘La integración laboral de personas con discapacidad: una gestión responsable de los Recursos Humanos’, los ponentes han trasladado a los asistentes las posibilidades y ventajas de la integración laboral de personas con discapacidad en el tejido empresarial granadino, los pasos legales a seguir y el marco normativo.
El acto fue presentado por Raúl Cortés Cuba, director regional de Adecco en Andalucía Oriental; y Francisco Ledesma, adjunto al secretario general de la Confederación Granadina de Empresarios. La primera intervención estuvo a cargo de Jesús Cózar, técnico de la Dirección Provincial del Servicio Andaluz de Empleo en Granada, quien explicó a los representantes de empresas y asociaciones las distintas vías para cumplir con la Ley LISMI. La principal, la ocupación del 2% de la plantilla con personas con discapacidad en aquellas compañías de más de 50 empleados. “En caso de no poder cubrir, por distintos motivos, esta cuota, hay tres alternativas. Primero, el contrato con un Centro Especial de Empleo, principalmente para los suministros. La segunda opción es la donación de carácter monetario a fundaciones de utilidad pública. Y la tercera, la constitución del enclave laboral, una herramienta que favorece el tránsito del Centro Especial de Empleo al mercado de trabajo con numerosos incentivos para la empresa”, enumeró Cózar.
Arancha Jiménez, directora de Operaciones de la Fundación Adecco, habló en segundo lugar. Su objetivo principal fue transmitir a los empresarios y representantes de las asociaciones asistentes que dejaran de mirar y juzgar a la persona con discapacidad “por lo que no puede hacer”, y la valoren “por lo que sí puede hacer”. Partiendo de la idea de convertir la LISMI en una oportunidad en lugar de en una obligación, Jiménez puso en valor las habilidades y recursos personales que las personas con discapacidad ponen a disposición de su empleador. “Una persona con discapacidad que tiene una paga y una ayuda por su certificado pero que quiere trabajar pondrá muchísimas ganas en todo lo que hace. Para ella, lo más difícil es buscar un empleo, lo fácil sería quedarse en casa”, indicó.
Por último, Alfredo Garcín Serrano, inspector de Trabajo de de Granada, explicó el marco normativo del cumplimiento de la Ley LISMI, así como las causas de excepcionalidad y los mecanismos para el cómputo de la cuota. Igualmente, destacó que en Granada “las empresas de más de 50 trabajadores no son demasiadas, alrededor de 65, por lo que las inspecciones se van repitiendo cíclicamente”.
El acto fue presentado por Raúl Cortés Cuba, director regional de Adecco en Andalucía Oriental; y Francisco Ledesma, adjunto al secretario general de la Confederación Granadina de Empresarios. La primera intervención estuvo a cargo de Jesús Cózar, técnico de la Dirección Provincial del Servicio Andaluz de Empleo en Granada, quien explicó a los representantes de empresas y asociaciones las distintas vías para cumplir con la Ley LISMI. La principal, la ocupación del 2% de la plantilla con personas con discapacidad en aquellas compañías de más de 50 empleados. “En caso de no poder cubrir, por distintos motivos, esta cuota, hay tres alternativas. Primero, el contrato con un Centro Especial de Empleo, principalmente para los suministros. La segunda opción es la donación de carácter monetario a fundaciones de utilidad pública. Y la tercera, la constitución del enclave laboral, una herramienta que favorece el tránsito del Centro Especial de Empleo al mercado de trabajo con numerosos incentivos para la empresa”, enumeró Cózar.
Arancha Jiménez, directora de Operaciones de la Fundación Adecco, habló en segundo lugar. Su objetivo principal fue transmitir a los empresarios y representantes de las asociaciones asistentes que dejaran de mirar y juzgar a la persona con discapacidad “por lo que no puede hacer”, y la valoren “por lo que sí puede hacer”. Partiendo de la idea de convertir la LISMI en una oportunidad en lugar de en una obligación, Jiménez puso en valor las habilidades y recursos personales que las personas con discapacidad ponen a disposición de su empleador. “Una persona con discapacidad que tiene una paga y una ayuda por su certificado pero que quiere trabajar pondrá muchísimas ganas en todo lo que hace. Para ella, lo más difícil es buscar un empleo, lo fácil sería quedarse en casa”, indicó.
Por último, Alfredo Garcín Serrano, inspector de Trabajo de de Granada, explicó el marco normativo del cumplimiento de la Ley LISMI, así como las causas de excepcionalidad y los mecanismos para el cómputo de la cuota. Igualmente, destacó que en Granada “las empresas de más de 50 trabajadores no son demasiadas, alrededor de 65, por lo que las inspecciones se van repitiendo cíclicamente”.
