Sevilla, 30 de agosto de 2010.- Pese a que el tabaquismo aumenta de forma alarmante en las mujeres en los últimos años, sobre todo en edades jóvenes, el perfil del fumador dispuesto a iniciar un programa de deshabituación tabáquica es, principalmente, el de una mujer. El segundo factor asociado a la decisión de dejar de fumar es el de poseer estudios superiores. Le siguen en importancia como factores determinantes para la cesación tabáquica padecer asma, insomnio o tener algún problema psiquiátrico.
Estos son algunos de los datos más relevantes que arroja el estudio realizado con 1.681 sujetos que pasaron por la Unidad de Deshabituación Tabáquica del HU Virgen del Rocío durante cinco años (2000-2005), a los que se realizó una evaluación individual con recogida de los antecedentes personales, incluyendo médicos y psicológicos, así como diversos aspectos relacionados con el consumo de tabaco. Se realizó un análisis multivariante para identificar variables asociadas con la decisión de iniciar un programa de deshabituación tabáquica.
Según uno de los responsables de la investigación, el Dr. Francisco Álvarez, de NEUMOSUR, el objetivo de la investigación publicada en la Revista Española de Patología Torácica es mostrar los factores asociados a la decisión de iniciar un programa de deshabituación para concentrar esfuerzos en aquellos sujetos que más se beneficiarían de una -actuación antitabaco.
Se estima que por cada millón de habitantes hay entre 17.200 y 41.800 personas que se encuentran en fase de preparación para dejar de fumar. Un 30% de ellas, es decir, entre 5.160 y 12.380 por cada millón de habitantes, tendrían además alta dependencia y serían las que necesitarían recibir tratamiento especializado. En consecuencia, en Andalucía, con una población de algo más de ocho millones de personas, la población que requeriría una intervención específica y se beneficiaría directamente del tratamiento en una Unidad Especializada en Tabaquismo oscilaría entre 42.000 y 102.000 pacientes.
Estos son algunos de los datos más relevantes que arroja el estudio realizado con 1.681 sujetos que pasaron por la Unidad de Deshabituación Tabáquica del HU Virgen del Rocío durante cinco años (2000-2005), a los que se realizó una evaluación individual con recogida de los antecedentes personales, incluyendo médicos y psicológicos, así como diversos aspectos relacionados con el consumo de tabaco. Se realizó un análisis multivariante para identificar variables asociadas con la decisión de iniciar un programa de deshabituación tabáquica.
Según uno de los responsables de la investigación, el Dr. Francisco Álvarez, de NEUMOSUR, el objetivo de la investigación publicada en la Revista Española de Patología Torácica es mostrar los factores asociados a la decisión de iniciar un programa de deshabituación para concentrar esfuerzos en aquellos sujetos que más se beneficiarían de una -actuación antitabaco.
Se estima que por cada millón de habitantes hay entre 17.200 y 41.800 personas que se encuentran en fase de preparación para dejar de fumar. Un 30% de ellas, es decir, entre 5.160 y 12.380 por cada millón de habitantes, tendrían además alta dependencia y serían las que necesitarían recibir tratamiento especializado. En consecuencia, en Andalucía, con una población de algo más de ocho millones de personas, la población que requeriría una intervención específica y se beneficiaría directamente del tratamiento en una Unidad Especializada en Tabaquismo oscilaría entre 42.000 y 102.000 pacientes.