FERAGUA EXIGE UN PROCEDIMIENTO ÚNICO Y MÁS CLARO EN TODO EL TERRITORIO NACIONAL PARA LA LEGALIZACIÓN DE BALSAS
Pide además una norma más realista y con exigencias más razonables de control, pues la actual legislación es tan dura, y tan inasumibles las condiciones para los regantes, que el nivel de legalización de balsas privadas es hoy ínfimo.
Considera que una flexibilización de la norma y una adaptación más realista a los diferentes tipos de balsas y a sus necesidades de control, favorecerían la regularización y puesta en orden de estas infraestructuras, que considera cruciales para el regadío modernizado.
Pide a las administraciones que busquen un equilibrio aceptable entre lo que es exigible y lo que es soportable económicamente por el titular de una balsa y se pongan de acuerdo para establecer criterios comunes en todas las cuencas.
Sevilla, 2 de mayo de 2013.- Feragua ha demandado un procedimiento único y más claro en todo el territorio nacional para la legalización de balsas ubicadas en terrenos privados, y ha calificado la situación actual de la legislación sobre balsas como un “auténtico guirigay de pautas y exigencias muy distintas que sólo favorece el descontrol que existe en la actualidad”. Frente a esta situación, la presidenta de los regantes andaluces ha exigido unidad de criterios en todo el territorio nacional no sólo para la tramitación y legalización de estas balsas, sino también para la evaluación de sus riesgos y para el establecimiento de exigencias de control a los regantes.
Además de esta dispersión de normas y criterios, Margarita Bustamante ha criticado duramente el grado de exigencia de estas normas, que a su juicio es el factor clave que está detrás de la situación generalizada de falta de regularización de las balsas privadas. “El grado de exigencia de la norma sobre balsas hoy es tal, y tan inalcanzable para las balsas particulares que, al final, no se avanza con ellas. “¿No sería mejor empezar, me refiero a las balsas, por algo menos ambicioso e ir avanzando poco a poco?”, se preguntó Margarita Bustamante, para quien, con un planteamiento menos exigente “al menos, iríamos poniendo orden poco a poco; y no como ahora, que tenemos muy poco regularizado”.
Feragua ha trasladado por ello a las administraciones que una flexibilización de la norma y una adaptación más realista a los diferentes tipos de balsas y a sus necesidades de control, favorecerían la regularización y puesta en orden de estas infraestructuras, que considera cruciales para el regadío modernizado. Y, en este sentido, ha pedido a los dirigentes públicos que busquen un equilibrio aceptable entre lo que es exigible y lo que es soportable económicamente por el titular de una balsa y se pongan de acuerdo para establecer criterios comunes en todas las cuencas.
“La agricultura actual necesita de garantía del recurso agua para ser competitiva y junto a los grandes embalses de regulación que gestionan los Organismos de Cuenca para acumular reservas y laminar avenidas, las balsas o micropresas que gestionan las Comunidades de Regantes o los propios regantes, son pieza clave en la modernización de nuestros regadíos, y por tanto en el desarrollo socioeconómico de nuestra actividad productora de alimentes sanos y de calidad”, ha señalado la presidenta de Feragua, para quienes las administraciones no están prestando suficiente atención a estas infraestructuras, “y deberían hacerlo, unificando y flexibilización exigencias, favoreciendo la tramitación e incentivando con fondos públicos su ejecución, pues son infraestructuras complementarías a los grandes embalses, que también juegan un importante papel tanto en la regulación como en la laminación de avenidas, y por tanto fundamentales para un regadío sostenible y competitivo, generador de empleo y riqueza en España”.
Pide además una norma más realista y con exigencias más razonables de control, pues la actual legislación es tan dura, y tan inasumibles las condiciones para los regantes, que el nivel de legalización de balsas privadas es hoy ínfimo.
Considera que una flexibilización de la norma y una adaptación más realista a los diferentes tipos de balsas y a sus necesidades de control, favorecerían la regularización y puesta en orden de estas infraestructuras, que considera cruciales para el regadío modernizado.
Pide a las administraciones que busquen un equilibrio aceptable entre lo que es exigible y lo que es soportable económicamente por el titular de una balsa y se pongan de acuerdo para establecer criterios comunes en todas las cuencas.
Sevilla, 2 de mayo de 2013.- Feragua ha demandado un procedimiento único y más claro en todo el territorio nacional para la legalización de balsas ubicadas en terrenos privados, y ha calificado la situación actual de la legislación sobre balsas como un “auténtico guirigay de pautas y exigencias muy distintas que sólo favorece el descontrol que existe en la actualidad”. Frente a esta situación, la presidenta de los regantes andaluces ha exigido unidad de criterios en todo el territorio nacional no sólo para la tramitación y legalización de estas balsas, sino también para la evaluación de sus riesgos y para el establecimiento de exigencias de control a los regantes.
Además de esta dispersión de normas y criterios, Margarita Bustamante ha criticado duramente el grado de exigencia de estas normas, que a su juicio es el factor clave que está detrás de la situación generalizada de falta de regularización de las balsas privadas. “El grado de exigencia de la norma sobre balsas hoy es tal, y tan inalcanzable para las balsas particulares que, al final, no se avanza con ellas. “¿No sería mejor empezar, me refiero a las balsas, por algo menos ambicioso e ir avanzando poco a poco?”, se preguntó Margarita Bustamante, para quien, con un planteamiento menos exigente “al menos, iríamos poniendo orden poco a poco; y no como ahora, que tenemos muy poco regularizado”.
Feragua ha trasladado por ello a las administraciones que una flexibilización de la norma y una adaptación más realista a los diferentes tipos de balsas y a sus necesidades de control, favorecerían la regularización y puesta en orden de estas infraestructuras, que considera cruciales para el regadío modernizado. Y, en este sentido, ha pedido a los dirigentes públicos que busquen un equilibrio aceptable entre lo que es exigible y lo que es soportable económicamente por el titular de una balsa y se pongan de acuerdo para establecer criterios comunes en todas las cuencas.
“La agricultura actual necesita de garantía del recurso agua para ser competitiva y junto a los grandes embalses de regulación que gestionan los Organismos de Cuenca para acumular reservas y laminar avenidas, las balsas o micropresas que gestionan las Comunidades de Regantes o los propios regantes, son pieza clave en la modernización de nuestros regadíos, y por tanto en el desarrollo socioeconómico de nuestra actividad productora de alimentes sanos y de calidad”, ha señalado la presidenta de Feragua, para quienes las administraciones no están prestando suficiente atención a estas infraestructuras, “y deberían hacerlo, unificando y flexibilización exigencias, favoreciendo la tramitación e incentivando con fondos públicos su ejecución, pues son infraestructuras complementarías a los grandes embalses, que también juegan un importante papel tanto en la regulación como en la laminación de avenidas, y por tanto fundamentales para un regadío sostenible y competitivo, generador de empleo y riqueza en España”.