El consumo de drogas marginales en personas con VIH deteriora la calidad de vida


El consumo de drogas marginales en personas con VIH deteriora la calidad de vida


NOTA DE PRENSA




EL CONSUMO DE DROGAS MARGINALES EN PERSONAS CON VIH DETERIORA LA CALIDAD DE VIDA





• Según datos del mayor estudio multicéntrico llevado a cabo en España y realizado por SEISIDA y ViiV Healthcare entre noviembre 2016 y abril 2017

• Las personas con VIH heterosexuales que consumen drogas, especialmente aquellas que usan drogas marginales (cannabis, heroína y cocaína) son las que presentan peor calidad de vida

• El cannabis (73,8%), la cocaína (53,9%) y los poppers (45.4%) fueron las drogas más utilizadas

• Los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) infectados por VIH presentan mayor policonsumo de drogas recreativas y una media de interacciones potenciales moderadas más alta que el colectivo de heterosexuales

• El estudio ha sido presentado en el IX Congreso Nacional de GeSIDA, el principal foro científico sobre VIH que se celebra en España, y que ha congregado en Vigo a más de 600 expertos nacionales e internacionales desde el 28 de noviembre al 1 de diciembre




Madrid, 5 de diciembre de 2017.-
Un estudio multicéntrico realizado por SEISIDA y ViiV Healthcare, con datos de 33 centros de toda España sobre una población de 1401 personas con VIH, indica que las personas con VIH heterosexuales que consumen drogas, especialmente aquellas que usan drogas marginales son las que presentan peor calidad de vida. Los hombres que practican sexo con hombres (HSH) policonsumidores de drogas, aunque son los que más infecciones de transmisión sexual padecen, no parecen presentar deterioro de la calidad de vida en el presente.

A la hora de realizar este estudio –el más grande sobre el uso de drogas en personas con VIH en España– se encontraron dos grandes perfiles epidemiológicos de participantes. El primero fue el compuesto principalmente por heterosexuales que adquirieron el VIH por vía intravenosa. El segundo estaba conformado principalmente por hombres que practican sexo con hombres (HSH), infectados por vía sexual.

Del total de la muestra, el 49,5% consumió drogas y el 80,8% las utilizó antes del diagnóstico de VIH. Alrededor del 70% eran HSH. El cannabis (73,8%), la cocaína (53,9%) y los poppers (45.4%) fueron las drogas más utilizadas. El 6,8% de los consumidores usaron drogas inyectables. Se identificaron interacciones moderadas que requerirían alguna intervención entre el tratamiento antirretroviral y las drogas en el 55,7% de los casos. En el caso del colectivo HSH se constató una media de interacciones moderada más alta que los heterosexuales. Las drogas con más interacciones moderadas halladas fueron la cocaína (37,3%), el MDMA (10,6%), el cannabis (9,8%) y las anfetaminas (8,7%).

Las personas heterosexuales que usaban drogas eran de mayor edad, tenían un nivel socioeconómico y un nivel educativo más bajo, y más del doble de años de vida con VIH que los HSH. De acuerdo con su perfil de consumo de drogas, ambos grupos se dividieron en dos, dando lugar a cuatro clústers. Los incluidos en el denominado Clúster 1 (un total de 198) fueron principalmente usuarios de cannabis y un 25% de polvo de cocaína. La mayoría de las mujeres se clasificaron en él. En el Clúster 2 (60 personas) se agruparon principalmente hombres que usaban drogas tradicionales/marginales (cannabis, heroína y cocaína) y en los que se halló el mayor porcentaje de uso de drogas inyectadas (38%). Este grupo mostró el nivel más bajo de adherencia al tratamiento antirretroviral (77,3%) así como el dato más bajo en la escala que medía su nivel de calidad de vida (56,7).

El perfil de usuarios de drogas HSH era el más frecuente (62.7%). Dentro de ellos, el Clúster 3 (284), era el que tenía un perfil de consumo más moderado y usaban principalmente cannabis (63,7%), poppers (62,7%) y cocaína en polvo (54%). Sin embargo, los HSH que se clasificaron en el Clúster 4 (150) se caracterizaba por un mayor policonsumo y mayor frecuencia de uso de drogas principalmente recreativas. Entre estos, un 10% utilizaba la vía intravenosa. La población de este último grupo practicaba más chemsex y tuvieron más infecciones de transmisión sexual, Sin embargo, presentaron mejores puntuaciones en algunas dimensiones de la calidad de vida (salud física, nivel de independencia y relaciones sociales) que las personas que no consumían drogas. Este grupo de HSH policonsumidores de drogas recreativas eran los más jóvenes y los que menos años llevaban viviendo con el VIH.

Intervenciones para mejorar la calidad de vida y la adherencia en HSH y MSM, así como la adecuada información sobre interacciones y su manejo con el TAR, deben tenerse en cuenta en el abordaje integral de las personas que viven con VIH en la actualidad.

Los pormenores de este estudio serán presentados en el IX Congreso Nacional de GeSIDA, el principal foro científico sobre VIH que se celebra en España, y que ha congregado en Vigo a más de 600 expertos nacionales e internacionales desde el 28 de noviembre hasta el 1 de diciembre.




Para más información:

Gabinete de comunicación de GeSIDA: Manuela Hernández / Tomás Muriel (95 462 27 27 / 605 603 382)

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